viernes, 25 de enero de 2008

Historia de una apuesta

Por Nicolás Saettone

Es una mañana serena de domingo, los rayos tenues de un sol inmutable dominan ya los anhelos de una nueva semana que comienza, y la gente delpueblo, tan serena como la estrella que los ilumina, emprende una vez más sutradicional peregrinación a las iglesias, llevada por la necesidad de lamisericordia y la rutina.


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